Calidad, rapidez y confianza

Desde hace 15 años Armando Ghezzi está al frente del corralón Don Pablo, en avenida San Martín 921, donde ofrece todo tipo de materiales para la construcción y artículos de ferretería. Fanático de River, admite que el crecimiento edilicio de Escobar lo benefició, pero añora el pueblo que era antes.

 

 

1-¿Cómo nace el negocio?

El corralón lo empezamos con mi papá y mis hermanos en 1988, teníamos dos sucursales, esta y la de calle Italia. Yo solo estoy acá desde 2000, cuando me quedé con este local.

 

2-¿Por qué el nombre Don Pablo?

Por mi papá. Con mi señora decidimos ponerle su nombre en homenaje a él.

 

3-¿Toda tu vida te dedicaste a este rubro?

Siempre, empecé con mi padre. A su vez, él había arrancado con molienda de materiales para construir canchas de tenis.

 

4-¿Fue creciendo mucho esta zona a nivel comercial?

Sí, mucho. Antes estaba el almacén de Demarco de toda la vida y nosotros, no había nadie más. Esto fue creciendo mucho y eso me favoreció para el trabajo. Crecieron los barrios y se pobló la zona.

 

5-¿Hoy cómo están las ventas?

Es irregular, pero estamos bien. Hay días que se trabaja mucho y otros poco. Hay mucha competencia, muchos se han venido para esta zona. Hay más de seis corralones nuevos.

 

6-¿Cómo vas manejando eso? ¿Con mejores precios?

Y… nosotros más que con precios competimos con el servicio. Con la entrega rápida y sin cargo.

 

7-¿Qué es lo más vendido?

La parte de la construcción gruesa: arena, cemento, cal, piedras y fierros. A nivel minorista tenemos buenos precios.

 

8-¿Se notó mucho la inflación de los últimos años en el cemento?

Seguro, mucho. Históricamente la bolsa valió 7 dólares, hoy está $88. Eso influye y la gente se queja.

 

9-¿Qué tipo de clientela tenés?

Trabajo mucho con los barrios, como Las Lomas, La Chechela y Coprovi. Pero también tengo clientes de barrios privados que son nuestro caballito de batalla.

 

10-¿Cómo ves la proliferación de edificios en Escobar?

Como un problema, no van a dar abasto las cloacas, el agua ni la luz. Hoy los edificios son eléctricos, no hay más gas y las redes están saturadas. En invierno no va a haber luz que alcance: estufas, cocinas, termos, todo es eléctrico.

 

11-¿Creció demasiado Escobar?

Te da nostalgia no conocer a la gente como pasaba antes. Nosotros somos una familia en la que mi abuela fue quinta hija nacida acá, el barrio de mis viejos se llamaba “Las 14”, porque había 14 casitas nada más. Cambió mucho.

 

12-Qué le mejorarías a la ciudad?

Los accesos, le sacaría movimiento a los camiones y abriría pasos a nivel. Todo en relación al tránsito, habría que corregir eso. Después, en líneas generales, estamos bien.

 

13-¿Un hobby?

Mirar fútbol e ir a ver a River. Ir a la cancha es imperdible.

 

14-¿Cómo surge tu amor por River?

Por amigos. En mi familia son todos de Boca y yo me hice de River. Mi papá escuchaba siempre radio Rivadavia, el partido que sea. Mi hijo y yo somos incondicionales, vamos siempre a la cancha.

 

15-¿También estás en la filial Escobar de River?

Sí, soy protesorero. Hace unas semanas nos dieron la ONG firmada por decreto por el Intendente. Para ayudar a los chicos de Escobar. Estamos organizando el Día del Niño para el 22 de agosto y juntando juguetes, comida, leche, todo para ellos.

 

16-¿Una comida?

El asado.

 

17-¿Un color?

El negro.

 

18-¿Una salida en familia?

Ir a la quinta familiar. Tenemos pileta, hacemos el asadito y en verano nos instalamos ahí.

 

19-De no haber sido comerciante, ¿a qué te hubieras dedicado?

A la construcción, como albañil.

 

20-Tres cosas que te llevarías a una isla desierta?

Algo para hacer fuego, una radio y una tele para ver a River.

 

21-¿Un deseo?

Paz y prosperidad. Estar bien.

 

Por Javier Rubinstein

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